Después de acabar un cigarrillo, lo apagaba con prolijidad en la lengua; luego procedía a meter la colilla en su boca y masticarla lentamente junto con los crujientes trozos de cenizas. Como este extraño hábito le ocacionó con el tiempo un agudo ardor en el estómago, se vió obligado a cambiar su costumbre: ahora, antes de comer las colillas, ingiere antiácidos.
Precavido
martes, 25 de noviembre de 2008 | Publicado por Enloquecí mas q ayer en 12:47
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